Hoy es el día Mundial del Alzheimer y quiero mostraros aquí un poema que Maruja Perera escribió a su madre, enferma de Alzheimer, en abril de 2009. Impactante y tremendas palabras para una persona que de cerca ha vivido y convivido con la realidad de una enfermedad tan dura y difícil como el Alzheimer. Si, mi sensibilidad hacia esta enfermedad es latente… lo reconozco.
Allí estás, apenas al alcance de mi abrazo
Y no me ves.
Tu mirada está ¡tan lejos! Profundamente nostálgica
Y…no me ves.
Qué historia se pasea del otro lado de esa ventana
Que atraviesas con tus ojos brillantes?,
Se ven tan tristes
Como el doloroso aleteo de un pájaro mal herido.
Es la vida…Mamá
Esa vida tuya que te ha herido.
De lejanos fracasos, de recientes temores.
Te ves tan pequeña, tan desprotegida…
Y no me ves.
Quisiera gritar muy fuerte
Para que sepas que te extraño,
¡Para que me veas mamá! solo eso…no pido más.
Fui invitada al banquete del dolor, aquél día…
Cuando, en tu esfuerzo por calzarte,
Cada uno de los zapatos
Estaba ubicado en el pie equivocado
Y…lloré.
Te estás yendo de mi vida. Te escapas
Inexorablemente, de la cordura
De la realidad de tu historia reciente
Caminas lentamente hacia tu pasado.
Tus fantasmas llenan mis espacios
Me invitas a jugar tus juegos
A llorar tus lágrimas a reír tu risa,
Pero…no me ves.
Ya no soy tu hija, tu Marujita…tu pequeña.
Y es tu lenguaje extraño
El que sostiene este momento
De estar a tu lado seguirlo ¡duele!.
Pero es entrando en tu mundo
Que disfruto tu mirada, tu sonrisa, tus historias
Y entonces ¡me ves!
Ya no podré pedir perdón por lo que no te dí.
Por mi impaciencia, por mis jóvenes arrebatos,
Por reprochar tus miedos por no entender tu amor…
Debo aprender a sostener tu frágil existencia,
A acunarte en mi regazo, transformarme…
En madre, de mi madre.
Tus nietos, no existen en tu mundo
Tu esposo es un desconocido.
Qué tristezas tan grandes te han herido!? ,
Qué dolor ha lacerado tu alma!?
Que ya no quieres estar?… pero ¡estás!
Y están tus manos pequeñas
Que se toman de las mías.
Tu abrazo chiquito tu sonrisa de niña
Y… ¡no estás!
Y no está tu caricia! Tu consuelo a mis penas!
Tu beso por las noches, tu emoción y tu miedo
En ese sublime momento de parir mis hijos.
Te estás yendo de mi vida y te estoy extrañando.
No quiero que me veas llorar tu ausencia.
Caminaremos de la mano, los senderos de tus sueños
Y…reiré tu risa, jugaré tus juegos
Y…lloraré tus lágrimas…
Y no me ves.
Tu mirada está ¡tan lejos! Profundamente nostálgica
Y…no me ves.
Qué historia se pasea del otro lado de esa ventana
Que atraviesas con tus ojos brillantes?,
Se ven tan tristes
Como el doloroso aleteo de un pájaro mal herido.
Es la vida…Mamá
Esa vida tuya que te ha herido.
De lejanos fracasos, de recientes temores.
Te ves tan pequeña, tan desprotegida…
Y no me ves.
Quisiera gritar muy fuerte
Para que sepas que te extraño,
¡Para que me veas mamá! solo eso…no pido más.
Fui invitada al banquete del dolor, aquél día…
Cuando, en tu esfuerzo por calzarte,
Cada uno de los zapatos
Estaba ubicado en el pie equivocado
Y…lloré.
Te estás yendo de mi vida. Te escapas
Inexorablemente, de la cordura
De la realidad de tu historia reciente
Caminas lentamente hacia tu pasado.
Tus fantasmas llenan mis espacios
Me invitas a jugar tus juegos
A llorar tus lágrimas a reír tu risa,
Pero…no me ves.
Ya no soy tu hija, tu Marujita…tu pequeña.
Y es tu lenguaje extraño
El que sostiene este momento
De estar a tu lado seguirlo ¡duele!.
Pero es entrando en tu mundo
Que disfruto tu mirada, tu sonrisa, tus historias
Y entonces ¡me ves!
Ya no podré pedir perdón por lo que no te dí.
Por mi impaciencia, por mis jóvenes arrebatos,
Por reprochar tus miedos por no entender tu amor…
Debo aprender a sostener tu frágil existencia,
A acunarte en mi regazo, transformarme…
En madre, de mi madre.
Tus nietos, no existen en tu mundo
Tu esposo es un desconocido.
Qué tristezas tan grandes te han herido!? ,
Qué dolor ha lacerado tu alma!?
Que ya no quieres estar?… pero ¡estás!
Y están tus manos pequeñas
Que se toman de las mías.
Tu abrazo chiquito tu sonrisa de niña
Y… ¡no estás!
Y no está tu caricia! Tu consuelo a mis penas!
Tu beso por las noches, tu emoción y tu miedo
En ese sublime momento de parir mis hijos.
Te estás yendo de mi vida y te estoy extrañando.
No quiero que me veas llorar tu ausencia.
Caminaremos de la mano, los senderos de tus sueños
Y…reiré tu risa, jugaré tus juegos
Y…lloraré tus lágrimas…