El grito de la Gaviota es un libro autobiográfico escrito por Emmanuelle Laborit, actriz francesa y directora del Internacional Visual Theatre, un laboratorio de investigación artística, lingüística y pedagógica sobre la lengua de signos, las artes visuales y el cuerpo. Con este libro, publicado en 1994, obtiene el Prix Vérité de la ciudad de Le Cannet, en el mismo año.
Emmanuelle es sorda de nacimiento y hasta los siete años vivió sumida en la soledad y la duda, sin un lenguaje de signos que permitiera la comunicación con el resto de la sociedad. Hasta ese momento solo contaba con la ayuda de un logopeda cuya objetivo era que pudiera hablar. Sólo su madre puede, mediante mímica y sus propios códigos, comunicarse con ella.
En el lenguaje de signos estaba prohibido en Francia por la teoría de que los sordos podían aprender a leer en los labios y hablar. Fue en la década de 1970, cuando la comunidad sorda comenzó a luchar para el reconocimiento del lenguaje por señas y para un sistema de educación bilingüe.
A partir de los 7 años empieza a contactar con personas sordas y va aprendiendo la lengua de signos. Conseguirá estructurar su pensamiento, entender lo que la rodea y comunicarse con su entorno gracias al lenguaje.
En su época de adolescencia la rebeldía se hace presente en su vida tanto en su vida familiar como en la social. No está de acuerdo con el modo en que la sociedad trata a las personas y entiende la realidad de los sordos y se va dando cuenta de que en la sociedad sorda se encuentra mucho más cómoda y libre gracias a la comunicación.
«Soy sorda no quiere decir: «Yo no oigo.» Quiere decir esto:
«He comprendido que soy sorda.»
«He comprendido que soy sorda.»
A partir de este periodo de su vida y siendo consciente de lo que quiere en su futuro, empieza a contribuye en la lucha por reconocimiento de los derechos de las personas sordas, en la defensa del bilingüismo y de la unión de la lengua de signos y de la lengua oral necesaria para la convivencia y la integración en la sociedad. En 1991, se logra que se enseñe en los centros de educación de los sordos el lenguaje de los signos
Emmanuelle es una luchadora en favor de los derechos de la comunidad sorda, de intentar que no haya barreras de comunicación entre personas oralistas y personas sordas, de intentar que no exista discriminación. La comunicación como seña de libertad y de comprensión.
“Mi silencio, para mí, tiene colores, no está nunca en blanco y negro»
Más información sobre el libro:
El grito de la gaviota en Manos para leer y signar de la Fundación CNSE