Mía es una niña que empieza a ver actitudes diferentes a las habituales en su padre, se siente y su mirada se pierde, se comporta de modo extraño o no se ríe. Un día lo llevan en ambulancia al hospital y Mía experimenta los sentimientos de miedo ante una situación nueva en su vida y la soledad porque su papá se encuentra en el hospital y su mamá está cuidándole. Miedo por no saber qué le pasa a su padre, por qué dirán en el cole, por sus amigos, pero sobre todo por si no vuelve a ser como antes. Está preocupada hasta que un día en el hospital sus padres y las enfermeras les explican qué es lo que está pasando, ponen un nombre a la enfermedad, psicosis, y Mía comprende que la mejor forma de actuar es ayudar y continuar con su vida de la misma manera que antes. Su padre, gracias a la medicación y la ayuda especializada volverá a reír, jugar y disfrutar con ellos.