“Un zorro, un inteligente hermoso zorro”. Así comienza esta historia de Martin Baltscheit que se titula El zorro que perdió la memoria y publicado por Lóguez.
El zorro pensaba que sabía todo lo que tenía que saber, que tenía una larga vida por delante llena de aventuras. Cuando se fue haciendo mayor contaba sus conocimientos y experiencias a los zorros más jóvenes y eso le llenaba de satisfacción pero poco a poco fue olvidando muchas cosas, incluso de que era un zorro.
Sin nombrar la enfermedad del Alzheimer, el autor nos acerca a esta dura enfermedad y nos explica con delicadeza y ternura como la pérdida de la memoria va afectando a la vida de la persona que lo padece y a las de los que le acompañan. Mediante la vida del zorro se puede contar a los más pequeños sin dramatismos situaciones que pueden ser habituales en muchos hogares y que los padres encuentran dificultad a la hora de explicarlas. 
Es una historia tierna, con silencios e ilustraciones que ayudan y facilitan la comprensión y asimilación de la enfermedad por parte de los niños.
Por todos estos motivos, el libro ganó el Premio Alemán al Libro Infantil y Juvenil de 2011. 
Quedémonos con una frase del final del cuento que nos hace pensar en todo el cariño que tenemos que dar a las personas con enfermedad de Alzheimer, puesto que el sentir es lo único que no perdemos nunca:

Él no sabía nada y únicamente sentía. 
Sentía cuando alguien lamía sus heridas 

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Claudia Durastanti
novela, relaciones familiares, sordomudez