Si os hablo de Rudyard Kipling nuestra cabeza nos va a llevar de la mano a Mowgli y todas las aventuras narradas en la colección de historias narradas en el conocidísimo El libro de la selva. Kipling, nacido en Bombay en 1865, muestra en muchos de sus relatos y poemas la situación de los soldados británicos en la India y la defensa del imperialismo occidental. Con una infancia y adolescencia vivida prácticamente entre ayas e internados sufre malos tratos empieza a mostrar su inteligencia y sentido del humor y empieza a interesarse por autores como Carlyle o Poe. Los problemas de visión que tenía Kipling le incapacitan para la carrera militar, por lo que decide en el año 1882 volver a la India para trabajar como periodista. El éxito de sus escritos hace que viaje por diferentes países que van enriqueciendo su literatura. En 1907 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. 
Pero hoy vamos a destacar la faceta de Kipling como escritor de relatos. Especialmente vamos a centrarnos en Ellos, publicado por primera vez en 1904 en un volumen titulado Traffics and Discoveries, tras terminar de pasar una de las experiencias más dolorosas de su vida, la muerte de su hija Josephine. 
Es un cuento de fantasmas, muy estructurado y con descripciones amplias y ágiles que nos permiten pasar por las diferentes etapas de un duelo. El protagonista está realizando un viaje por el campo en automóvil y va a parar a una mansión en la que habita una mujer ciega, con sus criados y unos misteriosos niños que sólo puede ver el protagonista y que se verá que son fantasmas de niños que han hallado refugio en esa casa porque encuentran el amor que no han tenido. ¿Puede hablar de su propia infancia y del poco amor recibido? ¿Puede hablar de la tristeza de perder a su propia hija? Vamos a pensar en la gran calidad del texto y en la influencia de la ceguera como un hecho que no implica el no dar amor.
El escritor William Somerset Maugham que consideraba a Kipling como el mejor cuentista del mundo nos habla de este relato de esta manera: 

«Kipling escribió un relato exquisito. A algunos les ha resultado oscuro, a otros sentimental. Uno de los riesgos que afronta el escritor de ficción es el peligro de deslizarse desde el sentimiento hasta la sentimentalidad. La diferencia entre lo uno y lo otro es sutil. Podría darse el caso de que la sentimentalidad fuera mero sentimiento que casualmente no nos agrada. Kipling tenía el don de conmover y provocar las lágrimas, aunque a veces, en sus relatos no destinados al público infantil, en los que sin embargo trata del mundo infantil, sean lágrimas que a uno le causan molestias. No hay nada oscuro en Ellos. A mi entender, no hay nada siquiera sentimental.»

En 1993 se realizó un telefilm norteamericano dirigido por John Korty basado en esta historia y fue emitido por la televisión con el título de They Watch. En España se editó en formato video como Mirada al más allá

Otras críticas destables:
Podéis leer el relato completo picando aquí.

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Claudia Durastanti
novela, relaciones familiares, sordomudez