No es un libro, pero si un texto escrito en forma de receta de cocina realizado por Cristina Sanjuán (@sanfercris) que me ha parecido tan interesante que quería publicarlo en el blog. Se denominada Ensalada de inclusion y lo he recogido de su blog: El blog de Sanfercris donde se quiere destacar la igualdad de oportunidades, la inclusión, la accesibilidad universal… en definitiva el respeto y la dignidad de las personas con diversidad funcional.

Nivel de dificultad: Muy fácil, para principiantes. 
Tiempo de preparación: El mismo que tardes en leer esta receta. 
Ingredientes:
  • Usa un lenguaje correcto al referirte a Personas con Discapacidad (PcD).
  • Trata adecuada y dignamente a estas personas.
  • Respeta los estacionamientos reservados para las mismas.
  • Respeta las rampas y accesos habilitados al efecto.
  • Respeta los baños adaptados
Elaboración: 
Siempre que te refieras a PcD evita términos como “minusválido”, “inválido”, “discapacitado”, “lisiado”, “enfermito”, “pobrecito”, “deficiente”, “tullido”, “cieguito”, “sordomudo”, “angelito”, “bendición” y demás lindezas de nuestro idioma y sustitúyelos por “PERSONA CON DISCAPACIDAD”. Puedes consultar en la página del Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS) sus manuales para el correcto uso del lenguaje. 
Cuando te dirijas a estas personas: hazlo directamente a ellas, no a su acompañante, llamándolas por su nombre, sin diminutivos (ito, ita) que provengan única y exclusivamente de su condición; mirándolas a los ojos y con un lenguaje digno y acorde a su edad, sin infantilizar la conversación; con paciencia para las respuestas; ni muy rápido ni muy despacio; sin miedo a equivocarte; con naturalidad; con mucho respeto y sin prepotencia, no subestimes sus posibilidades ni sobreestimes sus dificultades; tampoco des por sentado que necesiten tu ayuda, pregunta antes de actuar y no te ofendas si eres rechazado. 
No estaciones en los espacios reservados para PcD, aunque tu trámite sea de “5 minutos” o “un ratito no más” porque de verdad lo necesitan. Piensa que estas personas tan solo tienen un porcentaje muy bajo de estacionamientos (el 1%) y tú, el 99% restante. Puedes salir con tiempo para buscar y encontrar un sitio y así realizar cómodamente los mismos. Camina, tú puedes y es sano. Las prisas nunca fueron buenas consejeras. 
Asimismo, no estaciones obstruyendo rampas de acceso que impedirían la entrada a estas personas a los locales para los que fueron implementadas. Ojalá no tuvieras que releer esta receta para darte cuenta de este punto, puesto que estas rampas muchas veces no están pintadas ni señalizadas para recordarnos su existencia. 
Por último, respeta los baños adaptados, no los utilices como “bodega o almacén de productos de diversa índole, como material de limpieza o aseo” o como “sala de fumadores” o “para llenar una botellita de agua nada más (5 minutos)” o “para conversar con tu pareja (por decirlo educadamente)”. Recuerda que TODOS tenemos las mismas urgencias. 
Sugerencias: 
Al ser inclusiva, esta receta es ideal para cualquier época del año y los 365 días del mismo, no solo para 2. Puedes prepararla con tus hijos, con tus niños o también con tus familiares, amigos, compañeros de trabajo, en el colegio…

Gracias Cristina

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Claudia Durastanti
novela, relaciones familiares, sordomudez