Antonio Martínez es el autor de este libro que cuenta la historia de su propia hija de dos años que tiene una lesión neurológica. El libro está escrito con una mezcla de emoción, ternura y humor, que hace que el lector participe de lo que siente Julia en cada momento.

En una entrevista realizada en el Cultural de El mundo al autor habla de la importancia del humor en el momento de enfrentarse a esta situación familiar, le “parecía que Julia tenía derecho a algo más que la compasión… Han salido del armario y tienen derecho a vivir su vida, y a que se les vea no como una carga, sino como seres humanos.”
Y es cierto, el sentido del humor existente a lo largo de toda la narración, así como la crítica hacia todo lo que rodea ya sea compasión o la opción de una autonomía en su vida te enganchan desde sus primeras páginas hasta el final.
Cuando leí este libro fui capaz de ponerme en la piel de Julia, hecho facilitado por la narración autobiográfica. Es la propia Julia quien cuenta su historia, es ella quien no entiende el comportamiento muchas veces de sus padres o de todo lo que le rodea, pero ella es y está feliz. Quizás sea un libro que llame la atención y puede que haya mucha gente que no comprenda la ironía y el humor o crea que el tema se trate de una manera frívola. Yo he de decir que me encantó y que es valiente la forma de afrontar la familia la discapacidad de Julia. Me hizo reír, me hizo llorar, pero ante todo me hizo disfrutar, saborear cada logro de la niña, la tomé mucho cariño y logro mi empatía hacia las personas que puedan estar pasando por una situación similar.
Aquí os dejo una buena crítica del libro:
Martínez García, Antonio. Soy Julia. Barcelona: Seix Barral, 2002. ISBN 978-84-322-1619-0

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Claudia Durastanti
novela, relaciones familiares, sordomudez